Originaria de Sudamérica, sus flores blanco-verdosas se abren de noche y nos regalan su olor, de ahí su nombre. En la granja la encontramos en el merendero o en los arriates del aula vieja.

Utilizada en jardines mediterráneos por su adaptación a esta zona climática.

Necesita un suelo sano, en una exposición a pleno sol o semisombra.

La poda se le debe hacer en invierno, rebajando sus ramas.

Son frecuentemente atacadas por pulgones, que al picar sus hojas provocan que se arrugen. Las reproducimos en invierno, mediante estaquillas y con calor de fondo.