Es uno de los lugares más visitados porque allí se encuentran una familia de animales llamados, equinos. Son mamíferos herbívoros que tienen pezuñas en lugar de dedos y se alimentan de forraje (plantas) y semillas.

Pueden alcanzar los 40 años de edad si se les aportan los cuidados adecuados.

En las cuadras viven los ponis Rayito y Caramelo; las burritas Belén, Amiga y Rocio; el caballo Chicharito, y las yeguas Marquesa y Demeter.

También están la Sala y el Parque de Terapia ya que en esas instalaciones se llevan a cabo los Programas de Intervención Asistida con Animales (IAA): Equinoterapia y Caninoterapia.

La Terapia Ecuestre o con caballos presta un servicio a las asociaciones de la ciudad que atienden a personas con discapacidad física, visual, auditiva, intelectual o con trastornos mentales y del desarrollo en general. Como por ejemplo, Autismo-Melilla, Aspanies Plena Inclusión, Teama o Feafes-Salud Mental.

Se basa en intervenciones psicológicas en las que se utiliza el caballo y todo su entorno como herramientas de trabajo y están ejecutadas por psicólogas especializadas. Se utiliza el contacto con el animal y la motivación que este genera para buscar soluciones a los problemas de aprendizaje y adaptación que presentan las personas afectadas por alguna diversidad funcional o con necesidades especiales.

Todas estas actividades aumentan la motivación, estimulan la afectividad, mejoran la atención y concentración, estimulan los sentidos, ayudan al aprendizaje pautado de acciones y aumentan la capacidad de independencia.

También se aprovecha la relación afectiva que se establece con el caballo para ayudar a personas con problemas de adaptación social a superar sus conflictos y así mejorar su integración en la sociedad, potenciando la normalización y la inclusión.

También se presta un servicio de Terapia con perros, especialmente con Ufo, un perro de la raza Labrador, y tiene la ventaja de que es un animal capaz de relacionarse con los usuarios facilitando la motivación por la terapia y hace nexo de unión entre usuarios, y entre éstos y trabajadores y familiares. Además el perro es un animal que carece de prejuicios, no discrimina a nadie y acepta incondicionalmente a las personas tal y como son, por ello, contribuye a mejorar la autoestima de los usuarios, al hacerles sentir dignos de ser amados.

Los perros de terapia, facilitan una comunicación emocionalmente segura entre terapeuta y persona usuaria y su presencia facilita el inicio de terapias ya que las personas usuarias proyectan sus emociones más fácilmente hacia el animal que hacia el/la terapeuta.

Entre otros beneficios de las IAA, es que facilitan la comunicación y expresión de emociones, rompe con la monotonía ya que es un estímulo multisensorial, proporcionando estimulación mental y distracción positiva. Es un estimulador de atención y motivación mejorando la implicación de la persona usuaria en la terapia, incitando al juego y reduciendo así el estrés que pueden padecer ciertas personas

El perro de terapia, es objeto de entretenimiento, incluso, en aquellas personas que no le gustan los perros, observan con detenimiento sus movimientos y reacciones haciendo de ésta actividad, un ejercicio lúdico. La sola presencia del perro, ayuda a la distensión y distracción, ayudando a que la persona se descentre de sus problemas y de sí mismo

Conjuntamente, mencionar la importancia del contacto físico que una persona puede experimentar con el simple tacto caluroso y relajante del perro, sobre todo para las personas reticentes al contacto físico de otras personas, cubriendo así parte de las necesidades de afecto.

El Programa de Caninoterapia atiende a numerosas personas de los Centros de día, Residencia de Mayores, Asociación Teama, Imserso, Centro Gámez Morón, Centros Asistenciales de mayores y niños.